El absceso dental es una infección en los tejidos internos de la boca que cursa con gran producción de pus e inflamación aguda, provocando molestias y dolores muy fuertes. La manifestación externa de un absceso dental es el coloquialmente denominado flemón.

Sin un adecuado tratamiento, la infección puede extenderse a otras partes de la boca e incluso del cuerpo.

Causas

El origen del absceso dental siempre es una infección bacteriana. Inicialmente la bacteria ataca a un diente con caries, a la parte externa de la encía, a la raíz del diente o incluso a la zona ósea en la que la pieza dental está anclada a la mandíbula. En los tres últimos casos la causa de fondo suele ser una gingivitis o una periodontitis.

Evolución

Los tejidos blandos de la boca que rodean a muelas y dientes son el caldo de cultivo ideal para las bacterias, por lo que estas se propagan con rapidez originando masas de pus muy importantes.

Si el pus encuentra una vía de salida, la infección, aun siendo grave, puede parecer poco aparatosa. Pero si no ocurre así, a medida que se destruye el tejido el pus se acumula en el interior provocando una gran tensión y un aumento de volumen. Es el conocido flemón.

Además de la inflamación y la irritación, las bacterias suelen afectar al nervio dental, por lo que estos abscesos suelen cursar junto con dolores de una altísima intensidad.

Tratamiento

El tratamiento de primera elección según los dentistas de Area Dental, consiste en la utilización de antibióticos. Si el absceso es muy importante, el odontólogo puede decidir drenarlo previamente para extraer el pus,  aliviando los dolores del paciente y acelerando el proceso de curación.

Los antibióticos se acompañan con la administración de analgésicos y antiinflamatorios orales.

Si la infección ha sido de envergadura, es muy probable que una vez eliminada haya que proceder a extraer una o varias piezas dentales.

Tras el tratamiento de un absceso dental debe atacarse el trastorno de fondo que provoca la infección: caries, gingivitis o periodontitis. De lo contrario, el paciente sufrirá episodios recurrentes de infección, con o sin absceso.